martes, 6 de octubre de 2009

La cama estaba destendida, corrió las cortinas, sonaba Leon Gieco. Paró la musica. Esta vez dejó de pensar en sus intestinos, tenia que salir a colgar la ropa y hacia mucho frio, lo intuía por la luz del dia. Esperó a leer un par de capitulos mas. La sola idea de salir y sostener la ropa humeda sobre su ropa seca y sentir las manos congeladas no solo le daba frio sino tambien sueño. Por algun motivo seguía teniendo esa sensación pesada en el pecho, algo que la empujaba a querer algo diferente sin saber a ciencia cierta cuál era ese estado en el que deseaba estar ahora. Claro, jamas podria saberlo a ciencia cierta porque no se trataba de ninguna ciencia.
No paró de servirse papas fritas mientras leia, no sabia bien por qué ese libro tan poco comun entre sus gustos literarios la mantenia tan entretenida, pero al menos pensaba en cosas diferentes a su alrededor. Siempre le gusto eso, no era escapar, era salir un poco de su realidad, por linda o fea que fuese. Si era linda, saber de "las cosas malas del mundo" era necesario para no sentirse tan egoista. Y si estaba mal, tambien queria ver "las cosas malas del mundo" pero esta vez para encontrar un motivo por el cual desahogarse. Y si se enteraba de cosas lindas, estaba lejos de festejarlas. Pero amaba saber de cosas buenas, pese a su poca euforia. Y por esto quizas se sentia asi como algunas veces entre bromas la llamaron. Pero en el fondo ella sabia bien que todo esto tenia una explicacion psicologica. No era casualidad que en determinada parte del libro, de ojos morados, anteojos oscuros, lagrimas y desesperacion, su corazon se estrujara y el llanto le subiera a la garganta sin motivos reales mas que esos parrafos tan diferentes al paraiso en el que vive hoy.
Por fin se decidió a ir a colgar la ropa, no pensaba en nada, se veia desde afuera de su cuerpo, se sentia fuera de si. Se veia tranquila. Cuando volvio a su conciencia le molestaba casi todo. Los ultimos dias no habia parado de meter la mata consigo misma. Parece que su deporte favorito fuese romper los cimientos de las estructuras que tanto trabajo le cuesta construir. Sin embargo tenia otra idea fija, muy fija, lo suficientemen fija en su cabeza como para divertirla un poco y se lo habia contado esa misma mañana a su amigo, entre risas, palabras obscenas y esa apertura espiritual y mental que la caracteriza cuando junto a el puede ser un poco mas libre que de costumbre. Esa idea, la de la libertad, esa idea era la que rondaba cuando tendia la ropa en el cordel. La dejaba desordenada y despues la acomodaba y sostenia en cada extremo con un broche. La brisa era fria. Y seguia pensando en la libertad. "Al final los que hablan de libertad no me dejan ser libre" pensó. Y estan tan limitados. "El amor es lo unico libre en este mundo hijo de puta" continuó. "bueno... no es hijo de puta, los hijos de puta son los que lo habitamos, pero el amor... te chupa todo un huevo cuando tenes la dosis de amor suficiente en tus venas, absolutamente nada te tira al carajo. Cuando das propocionalmente a lo que recibis y viceversa. Yo moriria de sobredosis, quizas muera de sobredosis de amor si no encuentro la manera de liberarlo. Ves, qué hija de puta, la libertad del amor... ESO!" concluyó y pensó: "tengo que dejar de putear"


- NI AHI REVISO SI HAY ERRORES GRAMATICALES, ORTOGRAFICOS, DE REDACCION Y TODO ESO :)

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