Tengo sueñito y frio. Apoyo mi cabeza en la almohada, busco calor en mis propias piernas, me tapo la cabeza, la destapo, la vuelvo a tapar. Miro el celular. Saco los brazos, acomodo las sabanas. Me aburro. Miro arriba, no veo el techo. Busco a Dios. Busco una luz, un lindo sueño. Un refugio. Te busco.
Tengo mucho sueño pero no quiero cerrar los ojos. Mañana va a ser igual que hoy. Quiero permanecer aca, a oscuras, aunque tenga sueño. Es el instante en que todos se cayan, el resto se silencia, sigo existiendo pero nada me molesta, los perros auyan a lo lejos, el cielo de oscurece, las luces se apagan, y yo dentro de mi cama ahora calentita, limpia, fuera de peligro. Invisible.

Y ahora si queda algo soy incapaz de verlo... No, realmente no hay nada que ver. Quizas mi problema es alejarme, esconder esos pequeños brillos que existen en mi, intentando ocultar mis virtudes y defectos. Intentando que cada vez sepas menos de mi. Borrar todo conocimiento que puedas tener de mi persona. Es que me aterra el solo imaginar que podes estar descifrando lo que pienso ahora, lo que siento, el deseo de mas.
Encadeno mi tristeza. Ya no mas dolor, nunca mas lagrimas que no vale la pena derramar.
Es que hablo de la muerte... Hoy no es un dia para hablar de esas cosas feas que se presentan rara vez en la vida de las personas. Pero hoy me afecta la muerte. Qué pasa si mañana no estas mas? y a la vez siento que soy yo la unica que murió en este lugar. Porque vos te fuiste y ni siquiera te das cuenta que hoy me porte mal. Pero yo... yo estoy muerta sin vos.